Me encanta cuando llueve, cuando huele a tierra mojada. Cuando el frío se cuela bajo mi falda, cuando mis piernas se pueblan de gotas de lluvia, cuando todo se moja.
Me encanta imaginarnos, húmedos bajo esa lluvia, que en mi imaginación no moja los ojos.
Con el pelo revuelto, con el aliento cálido. Con ese perfume que intuye, con el sexo sugiriéndose en cada beso.
Dándonos besos sin los labios, comiéndonos con los ojos. Tentándonos a tocarnos con cada roce, sin llegar a tener contacto del todo. Viendo que el cielo está gris y que es maravilloso.
Que no es necesario cobijo, que el solo querer es poder aun sin haberlo dado por hecho.
Poder desnudarnos el uno frente al otro, y con solo una sonrisa, llegar al orgasmo.
Y entonces te miro, y me muerdo los labios.